Ya tengo logotipo. Mi marca funciona muy bien. ¿Por qué debería cambiarla? ¿Cuándo debería actualizar o rediseñar el logotipo de mi empresa? Esta decisión dependerá de varios factores: sector de la marca, tamaño de la compañía, edad y apariencia del logotipo, objetivos a medio plazo…
Para tomar una buena decisión, primero vamos a ver por qué las grandes marcas van haciendo rediseños y variaciones en su imagen cada cierto tiempo. Hay dos tipos de cambios: cambios radicales (como añadir o quitar una mascota, pasar de logotipo a imagotipo, etc) y cambios más ligeros que la mayoría de consumidores ni siquiera perciben.
Si el consumidor no percibe estas mejoras, ¿para qué hacerlas? Buena pregunta. Hay que entender que los nombres, la tipografía y el diseño de una marca no solo comunica el tipo de producto, sino también emociones que envuelven a su adquisición. ¿Alguna vez habéis entrado en una tienda de barrio que tiene las cajas de los productos descoloridas, huele a ambientador añejo, y suena una campanita cada vez que se abre la puerta? Son pequeñas pistas que nos dicen que hace tiempo que nada se renueva ahí, ni en en local ni en los productos. Con la imagen de la empresa ocurre lo mismo: a veces huele a viejuno aunque no sepamos explicarlo. ¿Qué dirías de los siguientes ejemplos?
¿Sientes que detrás de estas empresas hay innovación, o hay patrones de trabajo antiguos? A mí personalmente no me transmiten que están en la vanguardia de su sector. Deberían rediseñar su imagen de marca. Eso no quiere decir que estén fracasando, incluso pueden ser conocidas a nivel internacional. Pero están perdiendo la oportunidad de mostrar a sus clientes que no se encuentran estancadas, vendiendo los mismos productos que hace 5 años.
En cambio, hay compañías más jóvenes que ya han hecho cambios en su imagen varias veces para adaptarse al mainstream del diseño, y no tienen por qué ser cambios drásticos. Por ejemplo, Facebook, que fue lanzado en 2004, ha ido desarrollando sus iconos y retocando la fuente de su marca para acercarse más a las tendencias actuales.
¿Merece la pena invertir el rediseño de la imagen o en la mejora? Si queremos que nuestra marca avance y perdure en el tiempo, sí. No hace falta gastar mucho. A veces unos cambios mínimos, como cambiar la fuente a una sin serifas o hacerla más legible es solo un pequeño esfuerzo de tiempo o dinero, y las ventajas son muchas. Los clientes que ya tenemos percibirán que cuidamos la imagen de la compañía, y hay más posibilidades de que sigan con nosotros. Y con una imagen fresca y renovada, nuevos tipos de clientes se sentirán identificados y nos darán una oportunidad. ¿Todavía tienes dudas? La última sugerencia: pide opinión a gente de tu entorno, que te digan qué les transmite la imagen de la marca. Y si tu cuñado se ofrece a meter mano, por favor, no lo dejes. Los cuñados enterados no son una buena idea.
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